BOSQUES CONECTADOS, INCENDIOS CONTROLADOS: LA IA COMO ALIADA DE LA NATURALEZA
La IA está cambiando cómo se manejan los cultivos
Por: Mariano Quiroga
La Inteligencia Artificial (IA) ya no es algo sacado de una película de ciencia ficción, sino que está metida de lleno en nuestra vida cotidiana. Desde las recomendaciones personalizadas que nos tira Netflix o Spotify hasta las estrategias para prevenir incendios forestales, la IA está cambiando, casi sin que nos demos cuenta, la manera en que vivimos, trabajamos y nos relacionamos con el mundo.
Primero, hay que entender que la IA no es una cosa aislada, sino un montón de herramientas y técnicas que se dedican a procesar una cantidad bestial de datos, convirtiéndolos en información útil. Gracias a esta capacidad de análisis es que plataformas como Netflix pueden ofrecernos recomendaciones tan acertadas. Según un estudio de McKinsey, más del 75% de las decisiones de visualización en Netflix vienen de recomendaciones generadas por IA. Lo que parece magia es, en realidad, un algoritmo que está aprendiendo constantemente de nuestros gustos y hábitos para anticiparse a lo que más nos va a enganchar.
El campo no se queda afuera. La IA está cambiando cómo se manejan los cultivos y cómo se previenen las pérdidas. Según un informe de la FAO, las tecnologías basadas en IA pueden aumentar la productividad agrícola hasta un 30%, algo fundamental si pensamos en la necesidad de alimentar a una población que no para de crecer. Con drones, imágenes satelitales y sensores IoT, los agricultores pueden controlar la salud de sus cultivos a una escala impresionante, detectando plagas o falta de nutrientes antes de que se conviertan en problemas graves.
Empresas como PrecisionHawk están liderando esta revolución. Usan drones con cámaras multiespectrales y análisis impulsado por IA para ofrecerles a los agricultores una radiografía súper precisa del estado de sus plantaciones. Esta tecnología ha permitido reducir el uso de pesticidas en un 20% y optimizar el uso del agua y fertilizantes. Todo esto se traduce en una agricultura más sostenible y eficiente, que disminuye el impacto ambiental y, al mismo tiempo, aumenta los rendimientos.
La IA también está ayudando a que los productores tomen decisiones más acertadas sobre cuándo sembrar o cosechar. Algoritmos de aprendizaje automático analizan datos históricos del clima, patrones de crecimiento de los cultivos y la condición del suelo para predecir los mejores momentos de siembra y cosecha. Esto ha llevado a muchos agricultores a mejorar su productividad en un 15%.
En cuanto a la prevención de desastres naturales, sobre todo en los bosques, la IA se está mostrando como una herramienta clave. Un gran ejemplo es el sistema Satellites on Fire, creado por jóvenes argentinos, que usa IA para detectar incendios forestales más rápido que la NASA. Este tipo de sistema puede detectar un incendio hasta un 90% más rápido que los métodos tradicionales.
Esta rapidez es crucial, porque cuando hablamos de incendios, cada minuto cuenta. La detección temprana puede ser la diferencia entre un incendio que se puede controlar y uno que termina siendo devastador. Además, los sistemas de IA no solo detectan incendios más rápido, sino que también predicen cuáles son las zonas de mayor riesgo según factores como la sequía, la densidad de la vegetación y el clima.
Otra ventaja de la IA es su capacidad para gestionar los bosques de forma sostenible. Los algoritmos de aprendizaje profundo analizan imágenes satelitales para monitorear el estado de los bosques, detectar la deforestación ilegal y evaluar la biodiversidad. Esto les da a los encargados de la conservación herramientas poderosas para proteger estos ecosistemas vitales.
El proyecto “AI for Earth” de Microsoft es un gran ejemplo. Utilizan IA para modelar y mitigar los efectos del cambio climático en los bosques. Han desarrollado algoritmos que identifican y clasifican especies de árboles a partir de imágenes aéreas, lo que permite un monitoreo más preciso de la biodiversidad y ayuda en los esfuerzos de reforestación.
Con la implementación de estos sistemas de IA en la gestión de los bosques y la prevención de incendios, no solo se protegen millones de hectáreas, sino que también se cuida la biodiversidad y las economías locales que dependen de estos ecosistemas. Y, por si fuera poco, al preservar los bosques también estamos ayudando a combatir el cambio climático, ya que actúan como grandes sumideros naturales de carbono.

