OTRA PROEZA DEL HOSPITAL EL CRUCE
La vida de Amalia se salvó gracias a un trabajo en equipo excepcional: un tratamiento híbrido que combinó una cirugía a corazón abierto y un procedimiento endovascular en Hemodinamia, coordinados en tiempo récord por la Unidad Coronaria, el servicio de Cirugía Cardiovascular y el servicio de Hemodinamia.
En una misma jornada, la paciente salió del quirófano e ingresó directamente a la sala de Hemodinamia, lo que permitió resolver una disección aórtica tipo B, un desgarro en la capa interna de la aorta descendente que ponía en riesgo su vida.
“Por la variante anatómica que tenía la paciente, no había espacio para colocar la prótesis directamente. Por eso, se decidió realizar la cirugía a corazón abierto para poner una prótesis entre la aorta y el tronco braquiocefálico —que abastece de flujo al cerebro— y luego colocar el dispositivo endovascular para dar solución a la patología. Lo más impresionante fue la coordinación entre tres servicios en un mismo día”, remarcó el Dr. Mauro Rossi Prat médico cardiólogo del Hospital El Cruce.
La historia de Amalia comenzó el domingo de madrugada, con un dolor intenso en el pecho. “Para mí era un infarto, así que le pedí a mi esposo que me llevara al hospital de Punta Alta de Bahía Blanca. De ahí me derivaron al Hospital Penna, donde me hicieron una tomografía y descubrieron que la aorta se había roto. Entonces decidieron trasladarme a este hospital maravilloso que me salvó la vida. Todos aquí cumplieron mi sueño: volver a casa viva”, contó con emoción.
Hoy, Amalia de 55 años recorre los pasillos del hospital con una gran sonrisa, acompañada por su esposo. Juntos emprenden el viaje de regreso a su hogar, en Bahía Blanca donde la esperan sus tres hijos, su mamá y sus amigos.
Este caso es un ejemplo del compromiso, la capacidad técnica y la articulación de la salud pública para dar respuesta a los desafíos más complejos, combinando precisión, trabajo en equipo y humanización.

